Hoi An, ideal para hacer una pausa y disfrutar de unos días de relax.
3 noches, 2 días
Llegamos de noche al aeropuerto de Da Nang, una ciudad grande que no visitamos.
Para llegar a Hoi An el taxi nos llevó por una carretera a lo largo de varias playas de arena blanca donde estaban construyendo grandes complejos hoteleros. Nos costó 425.000 Dongs que compartimos con una pareja de Zaragoza. Desde Hoi An contratamos en una agencia de viajes el traslado de vuelta al aeropuerto por 250.000 Dongs.
La primera noche dormimos en un homestay baratito donde aprovechamos para que nos lavaran la ropa. Las dos siguientes nos marcamos un homenaje en el hotel Thanh Binh Riverside Hoi An 4*, bien ubicado y nos encantó la habitación y la piscina.
El centro de Hoi An se extiende junto al Hoiai River. Es una maravilla y sus 4 calles nos recordaron a un pequeño pueblo colonial. Allí caminamos tranquilamente, disfrutamos de las casas, los farolillos y el buen ambiente. Frente al puente japones, al otro lado del río montaban cada noche el mercado nocturno y había varios pubs que abrían hasta la media noche.
Durante la mañana hacía mucha calor y aprovechamos para visitar el centro.
Hoi An es un buen lugar para que te hagan un traje o vestido a medida.
Fuimos al Mercado y disfrutamos viendo los puestos de verduras, frutas, especias, carnes y pescados.
En un punto de información compramos el ‘pase’ para poder visitar 6 espacios emblemáticos. Nos costó 120.000 Dongs y decidimos utilizarlos para entrar en el puente japonés, en 3 embajadas y en 2 casas típicas. El puente japonés se podía pasar a partir de las 21h gratis.
Junto al mercado hay varios bares y restaurantes donde descansábamos tomando una cerveza fresquita observando el movimiento cotidiano.
El restaurante Nu Eatery es pequeño y hace un poco de calor, pero la comida es muy buena. Tuvimos suerte y cenamos en la terraza sobre un tablón como mesa y con vistas al tejado de enfrente, con miles de cables eléctricos bajo la luna. La carta no ofrecía muchos platos pero estaba todo increíble. Si te animas recuerda de pedir helado de postre.
Por las tardes disfrutamos de la piscina del hotel y de la playa, donde encontramos varios restaurantes de marisco. Nos gustó el restaurante en segunda línea Golden Fish.
El tráfico no es como en las ciudades y si te atreves puedes llegar en bicicleta.
Una de las noches reservamos en el restaurante de cocina a la vista Good Morning Vietnam, con mucho ambiente y la comida muy buena.
Por falta de tiempo y exceso de calor finalmente descartamos navegar hasta las islas Cham y tampoco hicimos la excursión hasta las ruinas de Hue, la antigua capital imperial.
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3 noches, 2 días
Llegamos de noche al aeropuerto de Da Nang, una ciudad grande que no visitamos.
Para llegar a Hoi An el taxi nos llevó por una carretera a lo largo de varias playas de arena blanca donde estaban construyendo grandes complejos hoteleros. Nos costó 425.000 Dongs que compartimos con una pareja de Zaragoza. Desde Hoi An contratamos en una agencia de viajes el traslado de vuelta al aeropuerto por 250.000 Dongs.
La primera noche dormimos en un homestay baratito donde aprovechamos para que nos lavaran la ropa. Las dos siguientes nos marcamos un homenaje en el hotel Thanh Binh Riverside Hoi An 4*, bien ubicado y nos encantó la habitación y la piscina.
El centro de Hoi An se extiende junto al Hoiai River. Es una maravilla y sus 4 calles nos recordaron a un pequeño pueblo colonial. Allí caminamos tranquilamente, disfrutamos de las casas, los farolillos y el buen ambiente. Frente al puente japones, al otro lado del río montaban cada noche el mercado nocturno y había varios pubs que abrían hasta la media noche.
Durante la mañana hacía mucha calor y aprovechamos para visitar el centro.
Hoi An es un buen lugar para que te hagan un traje o vestido a medida.
Fuimos al Mercado y disfrutamos viendo los puestos de verduras, frutas, especias, carnes y pescados.
En un punto de información compramos el ‘pase’ para poder visitar 6 espacios emblemáticos. Nos costó 120.000 Dongs y decidimos utilizarlos para entrar en el puente japonés, en 3 embajadas y en 2 casas típicas. El puente japonés se podía pasar a partir de las 21h gratis.
Junto al mercado hay varios bares y restaurantes donde descansábamos tomando una cerveza fresquita observando el movimiento cotidiano.
Por las tardes disfrutamos de la piscina del hotel y de la playa, donde encontramos varios restaurantes de marisco. Nos gustó el restaurante en segunda línea Golden Fish.
El tráfico no es como en las ciudades y si te atreves puedes llegar en bicicleta.
Una de las noches reservamos en el restaurante de cocina a la vista Good Morning Vietnam, con mucho ambiente y la comida muy buena.
Por falta de tiempo y exceso de calor finalmente descartamos navegar hasta las islas Cham y tampoco hicimos la excursión hasta las ruinas de Hue, la antigua capital imperial.
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